The pediatrician in AIDS epoch - 20 years later
Dra. M. Susana Rodríguez de Schiavi*
* Clínica Pediátrica. Hospital Nacional de Pediatría "Prof. Dr. Juan P. Garrahan".
Correspondencia: Dra. Susana Rodríguez de Schiavi. mrodríguezdeschiavi@yahoo.com.ar
Hace más de 10 años
presentábamos al Sida, una enfermedad nueva, compleja y letal como un desafío
para el pediatra.1 Era necesario aprender al
mismo tiempo que asistir, elaborar estrategias para cada paciente, ocuparse de
los padres muchas veces enfermos o murientes, comprometer a otros miembros de la
familia en el cuidado de los niños para garantizar su
seguimiento.Ya en la
tercera década de la epidemia los avances en el diagnóstico y los nuevos
tratamientos generan mejoras sustanciales en la supervivencia y en la calidad de
vida. Es fundamental ahora lograr la detección temprana de los casos inaparentes
para no perder valiosas oportunidades de tratamiento y de
prevención.En
nuestro país han sido factores importantes de cambio el acceso gratuito a la
medicación antirretroviral y al tratamiento de las infecciones oportunistas, la
disponibilidad de métodos diagnósticos, la Ley 25543/01 (que obliga al médico
tratante a ofrecer el test diagnóstico a las embarazadas), la profilaxis
antirretroviral para las embarazadas infectadas y sus recién nacidos, la
provisión de métodos anticonceptivos y de barrera gratuitos.
¿Qué características
reviste la infección en niños y adolescentes?La prevalencia de infección por VIH en
embarazadas es de 0,35%. Su pesquisa permite diagnosticar y tratar la infección
en mujeres jóvenes, disminuyendo la mortalidad en el grupo de 15 a 44
años.
Se redujo el número de recién nacidos infectados por VIH (3,4 por 100.000 en1996, 1,4 por 100.000 en 2003).La detección de la infección en el RN permite comenzar el tratamiento en forma temprana, lo que reduce significativamente la morbimortalidad.
Aún se diagnostican casos de infección vertical en niños mayores y adolescentes, muchos de ellos con formas graves de presentación.Un grupo de "sobrevivientes" bajo tratamiento está llegando a la adolescencia. Algunos con mala evolución clínica, pero la mayoría tiene buena calidad de vida y perspectivas de supervivencia a largo plazo.Adolescentes y adultos jóvenes continúan adquiriendo la infección a través del contacto sexual y/o la drogadicción. Muchos de ellos sin conocer su estado, mantienen la transmisión horizontal del virus.Se observa una disminución en la incidencia relativa de la drogadicción endovenosa como vía de transmisión del VIH, a expensas del aumento en la transmisión heterosexual.2De esta enumeración se desprende que en edad pediátrica hay grandes oportunidades de intervención para evitar la transmisión o mejorar el pronóstico de la enfermedad a través del tratamiento. Ahora los nuevos desafíos consisten en reducir el número de RN infectados, detectar a los infectados inaparentes en forma más temprana, evitar el contagio de los adolescentes y disminuir los riesgos de transmisión por parte de los adolescentes infectados.
Reducir el número de RN
infectadosEl
número de niños infectados por transmisión vertical puede reducirse a menos del
2% con la pesquisa universal en embarazadas, el tratamiento profiláctico y la
suspensión de la lactancia.3 Para ello se debe
promover el control y seguimiento del embarazo, efectuar el test diagnóstico al
comienzo y en el último trimestre o en su defecto en el momento del parto y
administrar la profilaxis a todas las embarazadas y RN VIH positivos. Para
disminuir la tasa de transmisión, son efectivos incluso los protocolos
incompletos, por ejemplo: AZT sólo al RN desde las primeras horas de
vida.
Detectar a los infectados
inaparentes en forma más tempranaEntre la primoinfección y la
aparición de síntomas, pueden pasar muchos años. La mayor parte de los
infectados desconoce su estado (en nuestro país se estima un número de
infectados de 115.000 a 134.000 mientras que el número de casos notificados
hasta diciembre de 2005 es de 30.496).2Para evitar conductas discriminatorias, ha
imperado una filosofía restrictiva ante la solicitud de estudios diagnósticos.
Se reduce así la posibilidad de efectuar mayor número de diagnósticos tempranos
y se genera una forma diferente de discriminación.La infección por VIH reúne las principales
características que justifican las acciones de pesquisa: es una enfermedad grave
que puede diagnosticarse antes que aparezcan síntomas, los métodos diagnósticos
son seguros y no invasivos, los pacientes pueden ganar años de vida con un
diagnóstico temprano y los costos son razonables en relación con los
beneficios.4Las nuevas recomendaciones para el
diagnóstico proponen cambios de conducta.3 Se
plantea no utilizar consentimientos específicos y liberalizar el pedido de
estudios incorporándolos a las rutinas de laboratorio. Se informa al paciente
que se realizará un exámen de VIH a menos que él lo rechace. Los métodos de
diagnóstico rápido (aunque requieren confirmación) pueden disminuir la pérdida
de infectados que no regresan a buscar su informe. Se elimina así el concepto de
población en riesgo y se estimula la pesquisa en toda la población,
independientemente de sus antecedentes.Estas medidas incrementarán la
identificación temprana de los infectados que pueden beneficiarse con los
tratamientos antirretrovirales, la prevención de infecciones oportunistas, los
cuidados de higiene ambiental y alimentaria.En general, las personas que conocen su
diagnóstico reducen sus conductas de riesgo, disminuyendo la transmisión
horizontal del virus.5Mejora así el balance entre las metas y
necesidades de la salud pública, los criterios éticos de justicia y los derechos
individuales.

1. El pediatra en los
tiempos del SIDA. Rodríguez, MS. Arch Argent Pediatr 1994; 92:
193-194 [ Links ]
2. Boletín sobre VIH/SIDA
en Argentina. Diciembre de 2005. Programa Nacional de Lucha contra los
Retrovirus del Humano, Sida y ETS. Año X, Nº 24. Disponible en http://www.msal.gov.ar. [ Links ]
3. Branson GM, Handsfield
HH, Lampe MA, Janssen RS, Taylor AW, Lyss SB, Clark JE. Revised recommendations
for HIV testing of adults, adolescents and pregnant women in health-care
settings. MMWR Morbid Mortal Wkly Rep. 2006;
55(RR-14):1-1 [ Links ]
4. Wilson JM, Jungner G.
Principles and practice of screening for disease. Geneva, Switzerland: World
Health Organization; 1968. [ Links ]
5. Marks G, Crepaz N,
Senterfitt JW, Janssen RS. Meta-analysis of high-risk sexual behavior in persons
aware and unaware they are infected with HIV in the United States: implications
for HIV prevention programs. J Acquir Immune Defic Syndr 2005; 39:
446-53. [ Links ]
6. Encuesta Nacional sobre
Salud Sexual y Reproductiva. Ministerio de Salud de la Nación.
2005-2006. [ Links ]
7. American Academy of
Pediatrics. Adolescents and human immunodeficiency virus infection: the role of
the pediatrician in prevention and intervention. Pediatrics
2001;107:188-90. [ Links ]
8. Rawitscher LA, Saitz R,
Friedman LS. Adolescent's preferences regarding human immunodeficiency virus
(HIV)- related physician counseling and HIV testing. Pediatrics
1995;96:52-8. [ Links ]
9. Rand CM, Auinger P, Klein
JD, Weitzman M. Preventive counseling at adolescent ambulatory visits. J
Adolesc Health 2005;37:87-93. [ Links ]
10. Murphy DA, Mitchell R,
Vermund SH, Futterman D. Factors associated with HIV testing among HIV-positive
and HIVnegative high-risk adolescents: the REACH study. Pediatrics
2002;110: e36. [ Links ]
No hay comentarios:
Publicar un comentario